El maltrato animal comprende una gama de comportamientos que causan dolor innecesario o estrés al animal. Los mismos van desde la negligencia en los cuidados básicos hasta el asesinato malicioso. Existen dos tipos de crueldad animal, el maltratodirecto, que consta de la falta intencional en proporcionar los cuidados básicos, la tortura, la mutilación o el asesinato de un animal, y el maltrato indirecto.[2]Este abuso innecesario se ha convertido en un problema social de gran dimensión.
Por otra parte, se ha identificado una estrecha relación entre la observación de actos de crueldad animal, y la práctica de tales abusos. Estadísticamente, se ha identificado que tres de cada diez individuos que han presenciado actos de crueldad animal, han incurrido en tales prácticas en algún momento.[5]Además, se ha reconocido a los varones como los principales agresores de este tipo de maltrato.[6]
Además, otros estudios como el de DeGue y DiLillo[7]establecieron una serie de rasgos comunes entre los niños o jóvenes que emprenden en actos de crueldad animal. Entre las características más comunes se encuentran: el sentimiento de inferioridad, el rechazo y la crítica.También,el aislamiento y episodios de comportamientos agresivos constantes, caracterizan a los niños o jóvenes que emprenden crueldad contra animales.